Artikel i El País om Danmarks nej til Maastricht-traktaten 3. juni 1992

Kilder

Kildeintroduktion:

50,7 % af danskerne stemte 'Nej' ved folkeafstemningen om Maastricht-traktaten den 2. juni 1992. Resultatet var en stor overraskelse for de danske og europæiske politikere, og det vakte opmærksomhed i hele Europa. Det blev blandt andet illustreret ved, at den spanske avis El País dagen efter afstemningen bragte en artikel om det opsigtsvækkende resultat. Avisens korrespondent i København, Josep Maria Martí Font, forsøgte at analysere nogle af årsagerne til det danske 'Nej'. Font fremhævede to årsager til det overraskende afstemningsresultat.

  1. Socialdemokratiets manglende evne til at overbevise sine vælgere om nødvendigheden af et 'Ja', og
  2. Nej-kampagnens succes, hvor specielt argumentet om, at de store lande fremover ville komme til at dominere for meget, vandt genklang hos mange vælgere.

De andre EF-medlemslande lagde hurtigt pres på den danske regering, fordi det danske 'Nej' formelt betød, at traktaten ikke kunne træde i kraft. Løsningen blev, at Danmark med Edinburgh-aftalen i december 1992 fik forhandlet fire forbehold ind i Maastricht-traktaten. Edinburgh-aftalen blev vedtaget ved en folkeafstemning den 18. maj 1993.

Artiklen på spansk

Artiklen i engelsk oversættelse


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Dinamarca rechaza el tratado de Maastricht e interrumpe el proceso de unidad europea

Los partidarios del ‘no’ en el referéndum de ratificación triunfan por un margen de 44.000?votos

J. M. MARTÍ FONT ENVIADO ESPECIAL — Copenhague

Dinamarca rechazó ayer el Tratado de Maastricht, interrumpiendo así el proceso de construcción de la unión europea. El referéndum sobre el mismo, en el que participó un 82,9% del electorado, se saldó con la victoria del no por el escaso margen de un 50,7% contra un 49,3%. El resultado supone un claro voto de castigo contra la clase política danesa, que apoyaba abrumadoramente la ratificación del tratado y que ayer noche no salía de su asombro, al no haber previsto en ningún momento la posibilidad de una victoria de los partidarios del no.

El primer ministro, el conservador Poul Schlüter, negó que fuera a presentar su dimisión o convocar nuevas elecciones. Tanto los partidos que forman la coalición en el Gobierno de Copenhague — conservadores (KF) y liberales (V) —, como la oposición socialdemócrata (S) y radical, lo que supone más de un 80% del Parlamento, se habían volcado en la campaña en favor de la unión europea, al igual que hizo el movimiento sindical. La fuerza de esta alianza se dejaba notar con claridad en la calle. En el lado contrario, la campaña del no era apoyada sólo por los extremos: los socialistas y los grupos ecologistas y la extrema derecha nacionalista. Al final marcaron la diferencia algo más de 44.000?votantes, de los más de 3,5?millones que participaron en la consulta.

Una de las principales claves de la derrota del sí hay que buscarla en el fracaso de la oposición socialdemócrata para convencer a sus votantes tradicionales de que se pronunciaran a favor de la unión europea. Schlüter y otros miembros de su Gobierno así lo hicieron notar en cuanto empezó a verse claro el resultado, en un intento de sacarse de encima la responsabilidad.

Voto socialdemócrata

Lo cierto, sin embargo, es que sólo un 40% de los tradicionales electores socialdemócratas votaron sí. Más allá del clientelismo, los resultados por distritos indicaban claramente que el no ganó arrolladoramente en los barrios obreros, mientras que el sí lo hacía en las zonas más ricas del país, con la pequeña excepción de los reductos de la extrema derecha.

La razón, apuntan algunos observadores, estriba en el hecho de que ya en 1986, cuando se celebró el referéndum sobre el Acta única Europea, la socialdemocracia se pronunció abiertamente en contra. En aquella ocasión, pese a todo, los daneses aprobaron el tratado por un 56% contra un 44%.

El liberal Henning Christophersen, vicepresidente de la Comisión Europea y muy activo en la campaña por el sí, en la que introdujo el miedo a la pérdida de empleos, no podía anoche esconder su sorpresa. "La Comisión Europea", admitió, "no tiene nada previsto para esta eventualidad, no hay ningún plan". El ministro de Asuntos Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, también del Partido Liberal, reconoció que la clase política danesa "ha desestimado los deseos del pueblo" y apuntó hacia una "crisis" parlamentaria, en vista a la proporción entre lo deseado por los partidos y lo escogido por los votantes. "Son momentos difíciles", dijo, "y habrá que esperar a ver lo que piensan nuestros socios en Europa".

Los argumentos de los defensores del no apuntaban hacia la pérdida de control de los pequeños países en una Comunidad Europea dominada por los grandes Estados como Alemania o Francia, y este argumento parece haber convencido a los votantes. Entre la gente de más edad, la generación que vivió la II Guerra Mundial y la ocupación nazi, pervive todavía el fantasma de una Alemania de oscuro pasado.

Pero si los más jóvenes no participan de estos temores, tampoco minimizan el impacto que una Alemania económicamente poderosa ejerciendo de potencia hegemónica puede tener en su país.

Económicamente, Dinamarca se ha aprovechado considerablemente de los fondos comunitarios desde su entrada en la CE en 1972 [sic: 1973]. La agricultura ha sido el sector más beneficiado. En la actualidad Copenhague salda aún con superávits su relación con Bruselas, concretamente 2.000?millones de coronas (32.000?millones de pesetas) en 1991, pero la tendencia hacia un equilibrio se consumará el año próximo cuando el saldo sea prácticamente nulo.

Publicado en el Diario EL PAÍS el 3?de junio de 1992 en la sección Internacional. Autor: Josep Maria Martí Font.

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Denmark rejects the Maastricht Treaty and disrupts the process of European unity

The ‘no’ camp in the ratification referendum wins by 44 000 votes

J. M. Martí Font, Special correspondent — Copenhagen

Denmark yesterday rejected the Maastricht Treaty, thereby disrupting the construction of European union. The referendum on the Treaty, for which 82.9% of the electorate turned out, resulted in victory for the ‘no’ camp by the narrow margin of 50.7% of the vote as against 49.3%. The result is a clear rap over the knuckles for the Danish political class which overwhelmingly supported the ratification of the Treaty and which, yesterday night, was left astonished as it had not thought for one moment that the ‘no’ campaign might win.

The Prime Minister, the conservative Poul Schlueter, denied that he would offer his resignation or call new elections. Both the parties which form the governing coalition in Copenhagen, namely the Conservatives (KF) and Liberals (V), as well as the opposition of Social Democrats (S) and Radicals, in other words over 80% of the Parliament, had backed the campaign in favour of European union, as did the trades union movement. The strength of that alliance was clear to see in the street. The ‘no’ campaign, however, was supported only by the fringe parties: the Socialists, the ecologists and the nationalist extreme right. In the end just over 44 000 of the 3.5 million voters who turned out made the difference.

One of the key aspects underlying the defeat of the ‘yes’ camp lies in the failure of the Social Democrat opposition to convince its traditional voters to vote in favour of European union. Schlueter and other members of the Government made as much clear as soon as the result started to emerge in an attempt to absolve themselves of responsibility.

Social Democrat vote

It is, however, true that only 40% of traditional Social Democrat voters voted ‘yes’. Regardless of patronage, the breakdown of results by electoral districts clearly showed that the ‘no’ vote won convincingly in working class districts whereas the ‘yes’ vote only did so in the wealthiest areas of the country, with the small exception of the far right’s strongholds.

The reason for that, say some observers, lies in the fact that as far back as 1986 when the referendum on the Single European Act was held, the Social Democrats were openly against the Act. On that occasion, despite everything, the Danes approved the Treaty by 56% to 44%.

The Liberal Henning Christopherson, a Vice-President of the European Commission, who was very active in the ‘yes’ campaign and raised the issue of job losses, could not hide his surprise last night. ‘The European Commission,’ he admitted, ‘had no contingency for this eventuality, there is no plan.’ The Minister for Foreign Affairs, Uffe Ellemann Jensen, also of the Liberal Party, acknowledged that the Danish political class ‘has underestimated the wishes of the people’ and pointed to a Parliamentary ‘crisis’ in view of the difference in scale between what the parties wanted and what the voters wanted. ‘These are difficult times,’ he said, ‘and we will have to wait and see what our partners in Europe think.’

The arguments of the ‘no’ campaign focused on small countries’ loss of control in a European Community dominated by large states such as Germany or France, and that argument appears to have won over the voters. Among the older generation which lived through the Second World War and the Nazi occupation, the spectre of a Germany with a murky past still lives on.

Although not shared by the younger Danes, such fears do nothing to reduce the impact which an economically-powerful Germany wielding supremacy might have on their country.

In economic terms, Denmark has reaped considerable benefits from Community funds since its entry into the EC in 1972. Agriculture has been the main sector to benefit. Currently Copenhagen still receives surpluses from Brussels, 2 000 million kroner’s worth to be precise (32 000 million pesetas) in 1991, but the trend towards equilibrium will be complete next year when the surplus will be practically nil.

Published in the daily newspaper EL PAÍS on 3 June 1992 in the International section. Author: Josep Maria Martí Font.

Om kilden

Dateret
03.06.1992
Oprindelse
Martí Font, Josep Maria: "Dinamarca rechaza el tratado de Maastricht e interrumpe el proceso de unidad europea" i El País (3. juni 1992). Her på spansk og i engelsk oversættelse fra ena.lu.
Kildetype
Avisartikel
Medietype
Tekst
Sidst redigeret
18. august 2011
Sprog
Engelsk oversættelse
Udgiver
danmarkshistorien.dk

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Dateret
03.06.1992
Oprindelse
Martí Font, Josep Maria: "Dinamarca rechaza el tratado de Maastricht e interrumpe el proceso de unidad europea" i El País (3. juni 1992). Her på spansk og i engelsk oversættelse fra ena.lu.
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Avisartikel
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